Charco Azul

Una ruta constante en mis últimas rodadas, protagonista de la mayoría de éstas. Técnicamente sencilla, escénicamente suave y con sutiles detalles que a veces no bastan para captar la atención y que, por lo tanto, puede llegar a ser monótona. El destino y los momentos compartidos son la principal motivación para esta rodada, pues la ruta al menos de momento no da mucho de si. Palabras que antes se habían tomado a la ligera y que de pronto cobran fuerza y me doy cuenta que podrían convertirse en realidad de un momento a otro, la posibilidad de dejar atrás de nueva cuenta esta tierra se hace tangible y entonces comienzo a extrañar aunque aún sigo aquí. Es por esto que extrañando aún, veo cada curva, cada árbol, mi presa Peña del Águila, la gente, los letreros y las casas como si fuera la última vez que las veré en mucho tiempo… Empiezo a extrañar como si fuera una pequeña despedida justo antes de un viaje que me llevaría lejos de aquí por mucho tiempo, un viaje de aventura para conocer y vivir nuevos lugares, nuevas experiencias y gente nueva. Me pongo nostálgico sólo al pensar en dejar atrás de nueva cuenta mi tierra, pero sin duda estoy seguro que regresaría; así como antes me fui y ahora estoy aquí, se que regresaría algún día…

Me voy a estrellar (©RuthRivera)
Me voy a estrellar (©RuthRivera)
Transparente, así debería ser yo
Transparente, así debería ser yo

Entonces, decido aprovechar al máximo cada momento y es así como en medio de varias reflexiones me motivo aún más, aunque aún no se lo que nos espera en el destino de esta ocasión. Decidimos rodar a Charco Azul pues vi una fotografía de Sergio Uzárraga de ese sitio en una red social, le pregunté como llegar y me lo indicó de una manera muy clara y sencilla. Los invito a leer un poco de esta rodada.

Sumergido en estas y otras reflexiones, de pronto veo algunas camionetas que delante de nosotros van a paso lento, una persona corre detrás de una de ellas y como un flashazo recuerdo un lejano viaje que hice un 12 de diciembre hace casi diez años por esta misma carretera a bordo de una Yamaha DT200. Salí de Durango antes del amanecer y a oscuras me encontré con los primeros peregrinos a la altura de Chupaderos, era más joven, mucho mas impetuoso y rebasé al contingente en plena curva, eso sí, con la máxima precaución que era capaz de concentrar. Después de un viaje bastante frío llegué a Nuevo Ideal y avancé un poco en el camino que va a Miguel Negrete. Regresando al presente, en este preciso momento recordé la celebración del día de hoy, la conmemoración de la Virgen de Guadalupe, los cánticos, toda la fe y devoción que le tienen su fieles, los danzantes, cohetes, vendimias, cumplimiento de mandas y todo eso que mueve una creencia prehispánica. Así es, es prehispánica pues tiene sus orígenes en el culto a Tonantzin, la madre de los aztecas (favor de corregirme si estoy en un error). Yo no soy creyente de la Virgen de Guadalupe, pero siempre admiro la devoción de quienes en verdad lo son, las cosas que hacen por pagar un milagro por medio de una manda, la fe y en sí las esperanzas que depositan en ella ante una situación desesperada. Pero bueno, también hay quienes participan de esta fe tan solo por costumbre, porque sus familiares lo hacen, sin sentir en realidad la esencia de la fe en la Virgen. Primero vamos rodando detrás de un fiel que corre sosteniendo una especie de antorcha y delante de él va una camioneta. Los rebasamos y delante vemos junto a la carretera a manera de relevos a sus compañeros, cada uno espera a cierta distancia para cuando sea su turno, tomar la antorcha encendida y continuar el camino hacia su lugar de origen. Se ven rostros impacientes, otros incluso aburridos, hay quienes esperan con desgana, pero de vez en cuando, algunos pocos están animados y esperan impacientes su turno para ser los portadores. Me voy fijando en su ropa, pues todos portan uniformes, traen letras, nos detenemos con una niña y nos informa que van a Nicolás Bravo. Luego vemos otros que van a El Carmen, otros hasta Coneto de Comonfort y así, son varias peregrinaciones a todo lo largo de la carretera, mínimo vimos siete diferentes peregrinaciones en un mismo tramo de carretera.

Una gran responsabilidad portar ese fuego (©RuthRivera)
Una gran responsabilidad portar ese fuego (©RuthRivera)

Al poco tiempo llegamos a J. Guadalupe Aguilera y nos detenemos para buscar algo de desayunar, llegamos a un lugar donde disfrutamos de tamales y una quesadilla tamaño gigante, parecía demasiada comida pero fue justo lo que necesitaríamos para el resto de la rodada… Arrancamos de nuevo y justo en las curvas de la Normal Aguilera vimos un espectacular juego de hojas cayendo de manera natural de un árbol, mientras detrás de eso, vegetación ya muerta ardía en el fuego contaminando bastante el ambiente…

Se supone iba a ser una foto agradable
Se supone iba a ser una foto agradable
Al fondo la Laguna de Santiaguillo (©RuthRivera)
Al fondo la Laguna de Santiaguillo (©RuthRivera)
Recuerdos del Viejo Oeste
Recuerdos del Viejo Oeste

Avanzamos, el camino simple sin incidencias disfrutando de cada r.p.m. del motor, pasamos Canatlán y justo como me indicó mi amigo Sergio, pasando La Soledad encontramos la desviación a El Molino, la cual tomamos por un excelente camino de terracería, de esos para viajar casi a 100km/hr, pero unos ocasionales baches y rodar por primera vez con el baúl trasero me hicieron ser un poco precavido.

Perturbador
Perturbador
Gas a fondo
Gas a fondo

Llegamos a El Molino y buscamos al señor del sarape azul para que nos indicara el camino, pero Martha mintió y no lo encontramos por ningún lugar, decepcionados preguntamos al primer tipo que vimos en este pueblo con bastante gente, muchos iban saliendo de misa, otros simplemente pasaban el rato en la calle platicando y compartiendo buenos tiempos con sus amigos y familiares; en definitiva, El Molino es un lugar muy agradable.

El Molino
El Molino
Montañas que acompañan
Montañas que acompañan

Las instrucciones fueron muy claras, pero de pronto tomamos una desviación por error que nos llevó a una propiedad privada, regresamos y ahora sí, sin errores fuimos avanzando por una brecha en buen estado y con piedras pintadas de blanco a manera de señalamiento, que poco a poco fue ascendiendo y aproximándose cada vez mas a la montaña a nuestra izquierda, mientras que a la derecha y al fondo del cañón al que nos íbamos internando, había un pequeño arroyo que supuse sería el mismo al que nos dirigíamos. Nos cruzamos con tres o cuatro camionetas en este camino que por momentos me recordaba la campiña francesa, en la cual nunca he estado.

Durango & Francia
Durango & Francia
Nada que envidiar a Sierra de Organos
Nada que envidiar a Sierra de Organos
Banquetero (©RuthRivera)
Banquetero (©RuthRivera)

Íbamos un poco temerosos o inciertos de nuestro correcto rumbo, cuando de pronto llegamos a un punto donde el camino desciende abruptamente por un tramo de unos setenta metros cubiertos de concreto hidráulico. Nos detuvimos antes del descenso y estábamos evaluando la situación, si bajar o no, si hacerlo yo sólo o ambos sobre la DR, cuando escuchamos una voz a nuestra derecha y vimos cuatro muchachos menonita sobre un promontorio. Les preguntamos si íbamos por el camino correcto rumbo a Charco Azul y al respondernos afirmativamente decidimos bajar, yo lo haría sobre la DR y Ruth a pie…

¡Gracias!
¡Gracias!

No fue problema descender, pero me asombré al ver abajo dos camionetas tipo “van” estacionadas, pues sin duda tendrían que subir y no tenía idea de que esas camionetas podían subir pendientes tan fuertes. Conforme iba bajando vi varias niñas y niños, así como algunos adultos menonitas. Desde que notaron nuestra presencia fuimos objeto de su atención, y no fue hasta que los saludé que continuaron disfrutando normalmente su domingo de paseo familiar. Dejamos la DR estacionada, tomamos el tripié y caminamos para buscar el Charco Azul, pues el lugar no parecía demasiado llamativo, sin embargo, conforme fuimos caminando descubrimos que es un rincón especial de nuestro Durango, de esos que no debes dejar sin visitar al menos una vez en la vida…

Recuerdos de mi infancia
Recuerdos de mi infancia
Luz de día (©RuthRivera)
Luz de día (©RuthRivera)

Nos tiramos un momento en la arena junto al río, tomamos fotos subacuáticas, hicimos un time-lapse, vimos como los niños jugaban y poco a poco perdieron la timidez ante nosotros y sus juegos eran cada vez más intensos, hasta el punto de que uno de ellos fue regañado por su padre. Nosotros no entendíamos nada, hablaban en su idioma (probablemente alemán u holandés), pero fue agradable estar conviviendo en medio de personas aparentemente tan distintas a nosotros, pero finalmente tan similares y que en ese momento hacíamos lo mismo: disfrutar de un domingo al aire libre.

No te metas conmigo
No te metas conmigo
Algo nuevo
Algo nuevo
De otro tiempo
De otro tiempo
Solo (©RuthRivera)
Solo (©RuthRivera)
Un buen lugar, Charco Azul
Un buen lugar, Charco Azul
¿Diversión o trabajo? Mejor: diversión y trabajo
¿Diversión o trabajo? Mejor: diversión y trabajo
Contrastes de derecha a izquierda (©RuthRivera)
Contrastes de derecha a izquierda (©RuthRivera)
Tantas fotos se quedaron guardadas, ven a tomarlas tú mismo (©RuthRivera)
Tantas fotos se quedaron guardadas, ven a tomarlas tú mismo (©RuthRivera)

No estuvimos ni dos horas por ahí, pero pudimos conocer un poco el lugar, comprobamos que posiblemente sería un buen sitio para ir de campamento pero con un grupo numeroso de personas. Como ya lo he mencionado en otras ocasiones, es importante no llevar basura a estos sitios, y si llevamos, debemos regresarla a nuestros lugares de origen, además si es posible debemos traernos alguna de la poca que hay en el lugar… Ya al iniciar el regreso, Ruth dudaba si subir caminando por su cuenta la fuerte pendiente que da acceso a este sitio, pero le dije que confiara en mí y en la DR y todo salió bien, afortunadamente la superficie de concreto hidráulico ofrece un excelente agarre al menos en seco y subimos sin ningún incidente. Ya se hacía tarde y nos quedaba poco tiempo de luz, pues en una hora el sol se estaría ocultando y aún estábamos a dos horas de casa… Rodando rápidamente por la brecha llegamos a El Molino, donde había un entierro y una larga fila de autos sobre el camino… Pasamos lentamente pero sin detenernos y ahora si, a máxima velocidad llegamos de nuevo a la carretera. Tomamos un poco de agua, pues aunque el frío era dominante, esto no nos exentaba de consumir agua de vez en cuando…

De regreso
De regreso

El regreso fue prácticamente contrarreloj como pasa casi siempre últimamente. Ninguno de los dos llevaba suficiente ropa para aguantar el frío que ya se comenzaba a sentir, así que lo mejor era avanzar lo máximo en el menor tiempo posible. Rodamos sin parar prácticamente hasta Canatlán y tan solo nos detuvimos para tomar fotos de este sitio, el cual me da pena que esté en ese estado sin saber el porqué de su abandono y destrucción…

Un adelanto del fin del mundo (©RuthRivera)
Un adelanto del fin del mundo (©RuthRivera)

Llegamos a J. Guadalupe Aguilera a comprar rápidamente unas manzanas y luego continuamos nuevamente rumbo a Durango. El frío no era tan inclemente, así que rodando a unos 80km/hr y a oscuras llegamos a Durango con un nuevo sitio agregado a la colección de lugares especiales en nuestro estado. Dedico a Alberto Navarrete este relato, pues siempre está al pendiente del blog desde que lo descubrió y no deja de visitarnos y viajar junto conmigo a través de estas letras e imágenes.

Concluyo esta rodada con una breve afirmación: no me iré de Durango…

El recorrido en azul…

8 thoughts on “Charco Azul

  1. Listones ya estubo:

    ¿convivieron con los menonitas? o como lograron la foto donde estan posando en la piedra, hasta parece portada de pelicula.

    Las fotos como siempre son buenisimas Ruth sabe lo que hace, “tantas fotos se quedaron guardadas” invita a estar en ese lugar, aunque este tipo de rodadas no me hace envidiar tu tierra ya que como lo he dicho se parecen mucho a guanajuato, por cierto tienes pendiente un rally.

    Al fondo la laguna de santiaguillo me recordo una panoramica que tome en los altos de Jalisco.

    Un adelanto del fin del mundo, es una despedida muy apocaliptica, me gusta, soy fan de peliculas tipo mad max y el amanecer de los muertos, aunque tu relato no tiene tientes obscuros.

    Un saludo hasta Durango, al loco que maneja la dr y de pasada a su mochila que toma tan excelentes fotos.

    1. Fíjate Motoso que estábamos viendo si bajar ambos sobre la DR o yo solo el Ruth caminando, cuando en eso escuchamos una voz a nuestra derecha arriba, volteamos y ahí estaban los niños. Les preguntamos si íbamos bien rumbo a Charco Azul, respondieron que sí y Ruth no desaprovechó para pedirles una foto, a lo cual accedieron amablemente y hasta posaron… La convivencia con los menonitas fue mínima, solo estuvimos junto a los niños y niñas mas pequeños mientras jugaban aventando piedras al río…

      Sí, la verdad es que las fotos de Ruth son muy buenas, y de hecho fui injusto y dejé muchas de las mejores que tomó fuera del relato, pues de haberlas incluido hubiera sido un relato bastante extenso… Yo se que el camino para llegar a Charco Azul no es de lo mejor, pero el último tramo de unos 5km de brecha en eso que según yo parece una campiña francesa si está de lujo y el destino pues ni hablar, las fotos hablan por si mismas… ¿Cuándo es el rally?

      Ciertamente mi relato no tiene tintes oscuros esta ocasión, hace tiempo que no los tienen pero en el futuro no podría asegurar nada…

      Gracias por los saludos Motoso, nos vemos en el camino

  2. Relato: Como siempre, eficiente y al grano.
    Fotos preferidas: Perturbador ¿Que tiene de perturbador ese tranquilo paisaje?
    El Molino De no ser por esos cables de luz. Muy buena foto de cualquier manera.
    ¡Gracias! Ya dijeron, parece portada de álbum de clones de Justin Bieber.
    Un adelanto del fin del mundo Sería interesante saber qué fue lo que pasó…
    Taaaanto que ver en Durango…
    Saludos desde Reynosa.
    macnifico

    ..
    .

    1. Yo también creo que el título de la foto “Perturbador” es extraño, más cuando la fotógrafa le tituló en su cuenta de flickr “equilibrio”… No sé, creo que precisamente ese equilibrio excesivo me perturbó de algún modo. No esperaba esa foto, supongo.

      “Un adelanto del fin del mundo” igual nos dejó pensando en que pudo pasar en ese lugar. Talvez la gasolinera quebró por las consecutivas alzas a los precios del combustible, talvez sus dueños fueron víctimas del crimen organizado, no lo sabemos…

      Gracias Macnifico por tomarte el tiempo de leer y comentar, yo espero poder ver un poco más de lo que ofrece Durango.

      Saludos

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