Alpes Oaxaqueños y la Bajaj V15

(Relato enviado Por ROMO)


Buen día camaradas de Moto Ruta México.

Es un gusto tener la oportunidad nuevamente y mejor dicho poder darme el gusto de redactar algunas líneas y compartirlas con ustedes, con esta comunidad, hace años que ya no lo hago, ¿hemos estado rodando? – ¡claro que sí!, solo que esas rutas se han quedado registradas solo en mi mente, en mis recuerdos. Seamos sinceros, el contenido del sitio ya no es lo que era, se perdió esa sinergia que nos impulsaba a cada uno a, no a rodar eso me queda claro que cada uno lo sigue haciendo, pero si a compartirlo, a contarlo, a narrarlo, a describirlo y a su vez, como lectores a vivirlo, a imaginarlo, a intentar sentirlo a través de la lectura, las fotos, los videos; pues bueno aquí mi granito de arena…

Hoy quiero contar y plasmar en los siguientes párrafos mi última rodada hacia Oaxaca capital, ya que es especial para mí pues la realicé con mi hermano menor y su moto Bajaj V15. Espero sea de su agrado el leerme y reviva una pequeña parte de ese gusanito por salir a rodar y compartirlo con la comunidad.

El preámbulo.

Es octubre de 2021, mi última rodada en solitario data del 06 de junio del mismo año hacia Huajuapan de León, Oaxaca, he hecho algunas otras rutas cortas en compañía, pero ya me siento ansioso por hacer más kilómetros, por curvear, por disfrutar esa sensación que ustedes conocen al salir en moto a esos lugares llenos de vistas, olores y paisajes que roban el aliento y que se quedan en la mente por años, claro también en fotos y en videos que nos ayudan a rellenar esos huecos que genera la mente en ocasiones.

De repente ya no puedo más y pongo una fecha, pues las semanas pasan y pasan con el simple “a ver si este fin puedo salir”, ya basta hay que asignar fecha y decretarlo que se vuelva serio, ¿somos hombres o payasos?; el ultimo puente del año noviembre 13, 14 y 15 son los días elegidos para esta aventura a la cual decido incluir al señor Kennoby ya bien conocido por ustedes y a alguien especial para mí, mi hermano menor quien tiene apenas dos años de haber adquirido su primer moto y que como imaginarán no ha tenido oportunidad de disfrutar por temas de pandemia, recuerdo justo la última rodad que hicimos juntos fue hacia Pinal de Amoles en Sierra Gorda, justamente una semana antes de que se decretara oficialmente la cuarentena, así que desde entonces esa moto solo se ha usado para salir por las tortillas… triste… lo se…, él lo sabe, todos lo sabemos…

(FE DE ERRATA: Nuestra última rodada fue en marzo de este año hacia barranca de Metztitlán, Hidalgo.)

Acepta la invitación, también el camarada Kenno, sin embargo, unos días antes decide alastorearla y cancela su participación así que solo seremos mi hermano y yo.

La ejecución.

Llega el día esperado, viernes 12 terminando mi día laboral y me pongo a preparar mis cosas, unos días antes me preguntaron si estaba emocionado pue se acercaba el día, respondo que no, que la emoción me llegaría el mero día y estando arriba de la moto ya en camino, pero la realidad es que la emoción llega en este momento, cuando estoy intentando definir que si llevar y que no, durante la planeación se pensaba acampar las dos noches, sin embargo hoy el reporte de clima indica lluvia por esa zona durante los 3 días, así que descartamos el acampar y dormir en hoteles lo que significa que viajaremos ligeros, solo cambios de ropa y gadgets, a mi hermano le he encargado con anticipación tener a punto la moto y así lo ha hecho, servicio una semana antes y es todo lo que necesita pues la moto está nueva, tiene apenas 5000+ kilómetros.

Salgo ya tarde de mi hogar y me dirijo a casa de mi madre para salir de allí al otro día temprano, planeamos salir a las 6 am., llego con mi hermano y ahora hay que acomodar las cosas de los dos en mi moto, la idea es que él vaya lo más ligero posible y así lo hará, no fue necesario cargarle nada pues todo entró en la F800r, después de acomodar todo nos vamos a la cama a la 1 am, cansado pero emocionado, también lo noto en mi hermano, está emocionado y me hace recordar esos ayeres en mis primeras salidas, ese nerviosismo disfrutable, algo de incertidumbre, todos esos sentimientos una noche antes de emprender la aventura, me siento afortunado de aún sentirlos y más aún de poder compartir con mi hermano estas primera ocasiones para él.

Llega el día y la hora, terminamos saliendo casi a las 7 am con el nuevo horario ya hay luz natural así que comenzamos a cruzar la CDMX a buen ritmo, nuestra primer parada es la caseta de San Marcos, es puente y hay bastante tráfico en esta, al menos un kilómetro de fila para llegar a la caseta, mi hermano sugiere adelantar por acotamiento, no estoy de acuerdo pues no me gustan ese tipo de acciones “gandallas” pero después de razonarlo un poco sedo ante la flojera de avanzar 1 metro cada 30 segundos y avanzamos por al acotamiento hasta la caseta en donde gracias al cambio de carril de un camión es fácil meternos a la fila y pasando desapercibidos, fila de 5, 6 autos y pasamos, más adelante hacemos escala técnica en una gasolinera.

Comenzamos a subir hacia Río Frio, a pesar de sus limitantes la V15 mantiene un ritmo de 80-90 km/h lo cual hace que pronto estemos ya del lado poblano, es hasta acá cuando se logran observar los volcanes, creo que mi hermano va muy concentrado en el camino que no ha disfrutado la vista de los volcanes a la derecha así que le doy alcance y le hago señas para que observe el espectáculo, ambos volcanes desgraciadamente sin nieve pero visibles plenamente, Don Goyo con fumarola constante, imponente pero sereno y calmo, siempre que tránsito por esta carretera y veo los volcanes nunca me canso de admirarlos, sé que nunca lo haré. De aquí en adelante el cruce por Puebla se da sin novedad, solo hacemos parada en el estadio Cuauhtémoc para la foto del recuerdo y de allí directo hasta la desviación hacia la carretera 150 Tehuacán-Oaxaca, no sin antes llevarnos una excelente imagen del Pico de Orizaba, este si tiene nieve en lo más alto, hermosa vista.

En aquella salida de junio, noté un parque eólico a la izquierda y a la distancia se observan los pequeños generadores que estoy seguro de cerca serán unas estructuras enormes, hoy tenía la intención de pasar por la carretera que pasa junto a este parque, pero estando ya sobre la autopista noto que la única salida es llegando hasta la caseta de Tehuacán y de allí volver hacia Azumbilla, así que tendrá que ser en otra ocasión.

Seguimos camino, el trayecto desde la desviación se vuelve más agradable tanto en la calidad del pavimento, como visualmente, está mucho menos transitada también, el ritmo oscila entre 80 y 100 km/h, si bien en esta moto estoy acostumbrado a ser el que siempre va rebasando no me desespero y mantengo el ritmo de la V15, me permite disfrutar, saborear cada kilómetro, observar a mi hermano en su manejo, observar cómo evidentemente también va disfrutando los paisajes, haciendo lo que seguro todos hemos hecho más de una vez, señalar hacia el paraje más vistoso y de seguro hablando solo y narrándose la escena a él mismo, expresando más un de ¡wooow!.

Ya pasan de las 11 y solo traemos en la panza el café y pan que tomamos santes de salir, así que decidimos salirnos hacia Tehuacán para almorzar, sin embargo, nos quedamos a las afueras de este pueblo para no perder más tiempo, almorzamos y regresamos a la autopista para continuar camino, la próxima salida será en la caseta #77 en Miahuatlán, rumbo a Teotitlán de Flores Magón. Salimos en esta caseta y aquí mejora un poco más la ruta pues ya estamos en una carretera federal, de esas pequeñitas con solo 1 carril por sentido, más adelante me asombran unos pequeños cerros del lado izquierdo, están llenos, repletos de cactus enormes cuyo color verde resalta del verde de la maleza, es una vista increíble.

Ya estamos a las faldas de la sierra en donde comenzará la verdadera aventura, hacemos una última parada a las afueras de Teotitlán de Flores Magón para comprar chucherías y agua para comenzar a subir esta parte de la sierra Oaxaqueña, Sierra de Juárez. 

Me llevo una desagradable sorpresa al encontrar que este tramo de la carretera está en malas condiciones, muchos baches mal parchados con tierra, piedras y tierra suelta en todo el camino impiden curvear a gusto, sin embargo, el disfrute al ir subiendo a un buen ritmo y observar a nuestra izquierda como el pueblo se comienza a hacer pequeño y pequeño, este disfrute no se pierde a pesar de las condiciones del camino. Nos detenemos en una curva a observar el paisaje,

F800r- ¿quieres tomar fotos aquí o más arriba?

V15 – ¿hay más arriba?

F800r – Si!, allí arriba se alcanza a ver otro tramo de la carretera y con vista en la curva.

V15 – Mejor allá arriba…

Así al menos otras dos paradas, parecía que la carretera serpenteante al filo de la montaña no terminaba, hasta que en punto se dio la sesión de fotos.

Unos minutos después de deleitarnos con estas vistas se termina la carretera con vista al valle para dar paso a la carretera que se adentra a la sierra y como era de esperarse el cambio de clima se da abruptamente, se esconde el sol y comienza a caer una ligera llovizna que más adelante se acompaña de una muy densa neblina en repetidas secciones del camino, pongo mala cara pues no traemos impermeables, se me olvidaron en casa jaja, y aunque esta es una ruta de más de 1000 kilómetros, me dio mucha pereza desviarme 40 kilómetros a mi casa para pasar por ellos jajaja. Entonces ni modo, a mojarnos que también es parte de la aventura (guiño guiño).

Afortunadamente todo queda en una muy ligera llovizna que solo moja la chamarra exterior sin llegar a la ropa debajo de esta, el frio también es controlado por las capas de ropa y al menos para mí el rodar es disfrutable aún, también cabe mencionar que desde aquí la calidad del pavimento es muy buena y hace más confortable y seguro nuestro andar.

Seguimos ruta entre tramos con neblina, a veces muy densa otras muy ligera pero constante, en tramos con piso seco, otros con piso mojado y desgraciadamente cero vistas de la sierra pues las nubes impiden disfrutarlas, por algunos segundos se abren poco las nubes para dejarnos ver y darnos cuenta en donde estamos parados, sin duda son vistas geniales pero efímeras pues metros más adelante se vuelve a cerrar, así que ya no habrá sesiones fotográficas, solo disfrutar la carretera curveada, es parte de la aventura. 🙁

Cuando menos nos damos cuenta ya estamos rodando de noche, ya es tiempo de buscar un hotel para pernoctar. Pasamos por el centro recreativo Arroyo Blanco, veo los letreros y advierto que el lugar tiene albercas, se ve coqueto hay que preguntar, mi hermano va adelante y le hago cambio de luces para que se detenga, pero nunca se da cuenta de esto, así que doy la vuelta y regreso al hotel a pedir informes. Es un hotel curioso, es una torre de 6 habitaciones, una habitación por piso jaja, hay disponibles y al ver una considero que están decentes salgo y voy a darle alcance a mi hermano, quien ya viene de regreso a mi encuentro y visiblemente preocupado al ya no verme en sus espejos, le explico por qué me regresé pero decidimos seguir adelante a ver si hay algo mejor, todo esto se discute al costado de un puente que sortea el cauce de un río muy agradable, de agua cristalina, hace unos años cuando pasé por aquí advertí este río, pues es imposible no escuchar su cause, solo que yo me detuve en aquella ocasión sobre el puente y de allí lo admiré, pero mi hermano ha encontrado una parada a un costado del puente que permite ver el rio por debajo de este, se forma una especie de piscina natural en donde sin duda se antoja estar, también nos deleitamos viendo murciélagos que viven debajo de este puente, supongo ya es hora de cenar y revoletean por los alrededores.

Continuamos nuestro curso ya en una noche plena, afortunadamente el camino es bueno y entre las luces de ambas motos tenemos una muy buena visibilidad hasta llegar a San Felipe Jalapa de Díaz en donde encontramos un hotel muy pequeño, pero con lo necesario para descansar, internet y aire acondicionado. Salimos a recorrer el pueblo después de acomodarnos y a buscar algo que cenar, hay pocas opciones, pero logramos cenar algo mientras platicamos sobre este primer día de ruta, estamos frescos a pesar de que fue una jornada de al menos 10 horas sobre la moto, regresamos al hotel y a descansar se ha dicho.

V15 – Hasta mañana!

F800r – zzzzzzz-zzzzzz-zzzzzz

Son 7 am y ya es hora de levantarse para continuar con esta aventura. Me siento descansado, tomo una ducha, arreglamos nuestras cosas, reacomodamos todo en la moto de nuevo y salimos, la primer misión del día es encontrar un lugar para desayunar, pero antes de eso comenzamos a disfrutar de un día despejado con pocas nubes y cielo azul, la perspectiva cambia ya podemos mirar hacia el horizonte, aunque aquí ya solo vemos montañas a lo lejos pues estamos en la zona más baja llegando a la Presa Miguel Alemán, es notorio que esta última temporada de lluvias ayudó a la recuperación de los niveles de la presa, en las cercanías encontramos un lugar pequeño pero muy ameno para desayunar. Después hacemos la parada obligatoria para admirar desde el puente esta presa, agua hasta donde termina la vista.

Pasando la presa nos encontramos con una sección de varios kilómetros de cañaverales, me gustan, se antoja perderse entre las veredas que hay entre los sembradíos.

Dejamos los cañaverales para llegar a la entrada a Tuxtepec, en donde pasamos a repostar. Aquí vemos una escena curiosa, están asando medio marrano, literal medio marrano cual si fuera pollito rostizado, pero este es un puerco a la cubana.

Maps nos da una ruta alterna para no cruzar por Tuxtepec y pensando en evitar semáforos y tráfico decidimos seguir la recomendación, pero algo sale mal y me sigo derecho en lugar de desviarme hacia la carretera #175, sin embargo, este error nos haría llegar a la boca de la presa que admirábamos unos kilómetros atrás. Hay gente pescando e incluso esnorqueleando a la salida de la compuerta, es una gran obra e incluso curiosa pues al parecer el agua pasa por debajo de un pequeño cerro para dar forma al río Papaloapan, nos detenemos unos minutos a admirar la escena.

Avanzamos un poco y descubrimos detrás del pequeño cerro mencionado una perspectiva más de esta gran presa, es hasta hoy que caigo en cuenta de las dimensiones de esta, viendo el mapa y entendiendo el punto en donde nos detuvimos en el puente a tomar fotos y este punto de la compuerta, es una distancia considerable… y aún se extiende más hacia nuestra izquierda. Mi hermano y yo nos preguntamos por qué esta presa no está siendo explotada turísticamente, no veo lanchas dando vueltas, o alguna actividad en el agua, no sé a que se deberá que esté tan sola.

Seguimos el camino, el cual rodea el río Papaloapan para subir de nuevo dirección Tuxtepec, solo que a partir de este punto es tierra y piedra, es grato tener algo de tierra también en esta ruta, hagamos pues que se les aflojen algunos tornillos a estas motos. Así seguimos hasta encontrar un pequeño puente, pequeño a lo ancho, pero de un largo considerable, pues cruza un río de un buen cause.

Continuamos el camino y ahora si nos incorporamos oportunamente a la 175, enfilados con ganas hacia Oaxaca capital, porque sabemos que entre nosotros y dicha ciudad están otros 210 kilómetros de pura curva por la sierra.

Primero comenzamos a subir y el cambio de clima de nuevo se hace presente, hace frío y en tramos de nuevo hay neblina, aunque no tan cerrada como ayer, se pone divertida la subida, una curva tras otra y cerros verdes para donde quiera que mires. Es común también encontrarse aquí pequeñas caídas de agua a pie de carretera, son detalles que hacen el rodar por aquí aún más genial y ni que decir de las vistas panorámicas que ofrece la sierra, vistas que te hipnotizan, que te hacen querer quedarte allí horas admirando, escuchando el silencio, tus pensamientos…

Estamos pasando Guelatao, mi hermano trae muy buen ritmo, me está dejando atrás fácilmente, está curveando sabroso. Yo vengo intranquilo, curvas atrás en un rebase de una combi de transporte local la llanta trasera derrapa por 1 segundo, no sé si pisé alguna hoja y la misma línea divisoria de carriles, pero desde aquí bajo el ritmo y tomo de forma intranquila las curvas a la derecha y de bajada, tanto así que más adelante me estaría saliendo en al menos dos ocasiones en curvas iguales. Pero es evidente que mi hermano viene disfrutando, logro darle alcance, pero es porque me está esperando para avisarme que hay una vaca en medio de la carretera jajaja – ¡Pinche vaca!

Tip rutero: escribiendo esto, recordando la ruta veo en maps que en Ixtlán de Juárez hay un mirador de cristal, se ve muy coqueto, si andas rodando por allá no pierdas la oportunidad de visitarlo, nosotros ni cuenta nos dimos de su existencia, ¡chale!

Seguimos camino y mi hermano me vuelve a dejar jeje, al principio me ponía nervioso perderlo de vista, pero ya me queda claro que mi hermano sabe lo que está haciendo y sobre todo que lo hace con cuidado, de forma responsable e inteligente, justo es el objetivo de estas salidas con él, que tome confianza y que aplique lo que yo he aprendido y a su vez he tratado de transmitirle, en gran parte gracias a este sitio y la gente que he conocido aquí, que siempre tienen buenos consejos para rodar seguros, espero que mi hermano esté entendiendo este concepto bien y que nunca se le olvide que lo primordial es disfrutar esto de la forma más responsable y segura posible, que el objetivo siempre será regresar sanos y salvos a casa.

De pronto, bajamos la sierra, las curvas se acaban, 4:30 aprox. y estamos entrando a la ciudad, es hora de buscar hospedaje. No tardamos en encontrar un hotel decente (mucho más que el de anoche) y a pocas cuadras del Zócalo. Bajamos todo, nos refrescamos y salimos a buscar un lugar donde comer, obviamente a pie, ya toca descansar un poco de las motos y recorrer con calma las bonitas calles de por aquí. Ofertas de comida sobran afortunadamente y después de comer y descansar damos una vuelta por el centro, lástima que el jardín ya se encuentre cerrado, me encanta la gran barda que lo rodea y se me antoja una foto de mi moto pegada a ésta, pero tendría que ser de noche pues hay gente rondando por allí, claro esto solo se quedó en una idea.

En fin, en lo personal no entendía por qué a la gente le encanta ir a Oaxaca capital, ahora me doy cuenta de la gran oferta culinaria, arquitectónica y cultural que ofrece, habrá que regresar con la familia para disfrutar más a detalle. Se hace de noche y el cansancio llega, así que es hora de regresar a la cama y dormir.

Al siguiente día solo iríamos a desayunar y a los mercados a comprar algunos souvenirs, para después continuar con el regreso a casa todo por autopista sin mucha novedad, aunque esta carretera hasta puebla tiene muy buenos momentos. 7:00 pm y estamos en casa, completos y con cero quejas por parte de las motos, la V15 ha hecho todo el tramo sin respingar en ningún momento, excelente elección por parte de mi hermano basado en su presupuesto. Mi hermano también aguantando sin queja.

Aquí termina esta aventura que como dije en un principio es especial para mí por la compañía y por la ruta, gracias por haber llegado hasta aquí en la lectura, como siempre saben que estamos abiertos a la crítica constructiva.

Saludos a todos y nos vemos en el camino…

Numeralia:

Casetas ambas motos: $700 aprox.

Gasolina V15: 4 repostas de $250 promedio.

Gasolina F800r: 5 repostas de $250 promedio.

3 thoughts on “Alpes Oaxaqueños y la Bajaj V15

  1. Excelente ruta, hubiera sugerido al subir después de Teotitlán.., entrarán a Huautla, cuna de los hongos de María Sabina, lugar muy representativo, cultural, bordados bellos y de buen precio, ( un huipil para la Sra. Hubiera sido bueno.), Digo., De regreso ojalá hubieras tomado la carretera de Etla, la carbonera, Nochixtlán, y pasar a Sto. Domingo Yanhuitlan, excelente convento domínico, desviarte a Teposcolula, otro convento increíble, de ahí adelante en Tamazulapam, almorzar rico, desviarte a la autopista y a México…, En 5 horas …., Felicidades por su rodada…Bravo.

Responder a Carlos Ojeda Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *