De pisa y corre

(paseo de un día con sus pormenores y una que otra friolera)

  • Ya son las 5….
  • Oh, ¡ya cállate, deja dormir!
  • Se te va a hacer tarde guango
  • *%&$#@%….. Quedamos que a las 7…

Suele levantarme así mi otro yo, y cuando hay rodada se pone insoportable a horas inapropiadas; es sábado 3 de marzo de 2019 y daremos una vuelta por la sierra norte del Estado de Puebla, nuestro destino: Xicotepec de Juárez (mientras escribo estas líneas del radio salen unos huapangos bien sabrosos, coincidencia…pura coincidencia). La ocasión trata de la visita a unos cafetaleros de la zona y vamos Alejandro Lara, Rodolfo Zolá y su servilleta.

Así que después de hacerme guaje una hora y media más, logro hacer a un lado las sábanas y me levanto, hago el protocolo del ataviado (pantalón, alguna playera fresca, la zalea de encima (la chamarra pues), botas y sombrero de la marca de la campana ¡y no es ungüento eh!, me monto en la ñaña (R15) y vámonos….

Aquí la ñaña al amanecer lista para rodar.

Circulo los primeros kilómetros rumbo al punto de encuentro el cual será en una parte céntrica de la ciudad de Puebla, la mañana es fresca y el sol está por asomarse, llego al lugar donde nos reuniremos y aprovecho para retratar a la ñaña en un monumento a los Niños Héroes.

La ñaña contenta haciendo ojitos para la foto

A los pocos minutos llegan los compañeros de paseo y sin mediar más por el asunto comenzamos a avanzar, los primeros minutos corresponden a escapar de la requetepoblada Angelópolis, y salimos hacia Tlaxcala por la vía corta a Santa Ana, esta carretera es de dos carriles por sentido y con una buena separación entre los que van y los que vienen, sin embargo no permite circular tan rápido debido a la abundancia de topes y valiéndonos un cacahuate a la ñaña y yo, nos dedicamos a brincar topes de lo lindo. El primer trámite de casi 30 km nos lleva a una zona en conflicto por la construcción de un puente a la altura de Apetatitlán, y como vamos montados en dos ruedas nos ponemos a adelantar todo el tráfico lento hasta que lo dejamos atrás, subimos a Apizaco sin lío alguno y al enfilar hacia Tlaxco nos detenemos a aplacar las lombrices.

Seleccionamos medio al azar un puesto de tamales con una tamalera muy amable, al voltear al otro lado de la carretera veo un letrero muy prometedor: “Barbacoa”, y mis tripas responden gruñendo de gusto pero nel, que se aguanten ya que el tiempo no es algo que sobre en este paseo. En este punto Rodolfo se despide de nosotros ya que el debe cumplir con compromisos previos de esos cuya falta de cumplimiento traen como consecuencia una carga pesada en la conciencia.

Desayuno ejecutivo

Una vez que atendimos a la caja de la alubias volvemos a montar y avanzamos hacia Tlaxco el cual evitamos gracias a su libramiento, seguimos subiendo y a medio camino hacia Chignahuapan los 150cc de la ñaña resienten la altitud y el peso del jinete, de tal forma que el rebase de un camión vacío se vuelve latoso ya que su conductor malintencionado se dedica a evitarlo, gracias a Alex que aprovecha como se debe su caballote (una BMW 850GS), logro el adelantamiento.

Usamos el mañoso libramiento de Chignahuapan que por malos señalamientos ya nos andábamos metiendo a la pista cosa que no estaba en el plan, circulamos a pasito contento hasta llegar a Zacatlán y luego a Huauchinango, aquí comienza a crecer el tráfico el cual sorteamos entre la medio torcida carretera que nos llevó a Xicotepec, en general todo el asfalto de lo rodado estaba en condiciones transitables.

Una vez en Xicotepec acudimos a la cita con Rutilio de la Unión Agrícola Regional de Productores de Café del Estado de Puebla y ¡sorpresa!, resulta que la cita era una reunión formal con dirigentes, socios productores y clientes de esta asociación (qué vergüenza llegamos dos horas después). En una breve charla nos ponen al tanto de lo que llevan platicado, nos dan a probar un café bien sabroso y un licor del mismo grano.

Reunión de productores, no se duerma joven

Como parte del programa está la visita a unos productores directamente en sus huertos de café en la comunidad de Tlatlapanala, a unos km de Nuevo Necaxa con rumbo a Tlaola, para entonces se siente retejuertote la calor cosa que obliga a abrirle todas las ventilaciones a la zalea (que bueno que me traje la que tiene varias ventanas); pasamos al borde de la presa de Necaxa y a la altura de Tenango de las Flores nos hallamos unos chamucos haciendo de las suyas con motivo de las fechas próximas al carnaval, casi todo el camino está asfaltado y el último tramo es una brecha en buenas condiciones y además está en transición a volverse concreto hidráulico. Llegamos a la pequeña comunidad donde nos espera otra reunión con autoridades locales y varios productores, en una breve plática nos exponen la problemática que viven y sus deseos de apoyo y mejora de condiciones.

A un lado de la presa de Necaxa
Pingo moderno
En la entrada a Tlatlapanala
Ai ta el Alex
Ai toy yo
Productoras artesanales de café

Ya hablados los asuntos cafetaleros ahora nos esperaba visitar una huerta de café que es el modelo a seguir de los productores artesanales por el manejo y proceso efectivo para lo cual nos tenían lista una novatedada con la subida y bajada de un cerrito pero sin decir ¡agua va!, y subimos…y bajamos…como pudimos, la visita valió la pena porque invariablemente nos hace reflexionar acerca del verdadero valor de una taza de buen café. Y qué les cuento de la regresada….volvimos a subir y volvimos a bajar echando los bofes y los hígados y sacando medio metro de lengua. Regresamos a la casa de uno de los productores donde nos esperaban con comida de la buena y ¡qué bueno! porque para entonces yo traía el estómago robusto como para digerir piedras (como dijera el Perico hace 200 años); nos sirvieron una salsita de huevo sssabrossssaaaa con unos frijolitos con las mismas características unas tortillas hechas al momento en comal y nos dieron una limonada color anaranjado refrescante como debe ser, se nos metió sed de la juerte y pedimos un par de serpientes bien elásticas (léase cervezas bien heladas pues).

Subeeen
Bajaaaan
Productora ejemplo en su huerta
Esta chamacos, es la base

Llegó la hora de despedirse de nuestros atentos anfitriones y amarrar los chunches a los camellos, comenzamos el regreso a muy buena hora, al llegar a Nuevo Necaxa le damos de beber a nuestras monturas y nos subimos a la pista que lleva a la Ciudad de México pasando por Tulancingo, son ciento y algo de kilómetros hasta el entronque con el arco norte donde cada quien tomaría rumbo diferente, un tramo antes de este punto pasamos por varios segmentos de pavimento rallado de ese que te mueve la moto para todos lados, llegamos a dicho entronque y desmontamos para despedirnos. Yo tomé el arco norte con rumbo a Puebla y Alex se siguió por la misma carretera en la que veníamos.

Este arco norte siempre me ha dado no se qué por lo feo y caro además de que circulan muchos vehículos a exceso de velocidad, se me hizo de noche a la altura de Calpulalpan y compruebo que al fin di pie con bola en el asunto de elegir las luces correctas par la ñaña ya que alumbran super bien y no molestan a los de enfrente, el último tramo que corresponde a la pista de San Martin a Puebla, se vuelve un asunto de solo unos minutos, luego el horroroso periférico en construcción y uno que otro accidente para finalmente llegar a casa, un poco cansado y bien contento.

Jua jua jua….así quedamos

Estando en casa no hubo más que preparar un buen café para comprobar lo visto, oído y aprendido, de nuevo me ataca la reflexión: ¿cuánto cuesta una taza de buen café, cuánto debe costar?

PD exhaustiva: El café cosechado en forma de cereza lo hacen llegar al patio de sus casas en la comunidad transportándolo en bestias de cuatro o dos patas (sus maridos o trabajadores pues).

PD a la PD anterior y que cansa aún más: Cuando no hay opción son las mismas señoras que llevan el producto con su rebozo o mecapal).

PD con números: Fueron un poco menos de 500 km bien disfrutados, la ñaña se fue con la panza llena, en Necaxa se bebió un poco más de 6 litros de gasolina y llegó a Puebla con un poco más de medio tanque; la pista de Tulancingo cuesta como 40 pesos, el cochino arco norte casi 90 y de San Martin a Puebla son 20, los tamales después de Apizaco los invitó Rodolfo.

PD que se agacha con señal de mea culpa: por ahí me fusilé una frase arcaica de Lizardi.

PD culinaria-socioeconómica: como me lo dijeron desde la primaria, la base de la alimentación es maíz, frijol y chile…y eso fue lo que desayunamos y comimos…..y ¡qué sabroso!.

PD motera: Rueden señores es fácil, económico y divertido.

PD motorutera: Una vez que rueden compartan sus experiencias no sean lángaros.

Un personaje del ambiente cafetalero en la zona
Muffaasaaa……uuuuuhhhhh
Esta señora anda a diario esos rumbos y ni se despeina
Café en proceso
Sigue el proceso
Y sigue….
íralos…probecitos….ni aguantan

Bye señores nos vemos en el camino.

3 thoughts on “De pisa y corre

  1. ¿Qué tal Omar?

    Gracias por compartir esta experiencia, cuando vi la primer foto del tablero de la “ñaña” me dio gusto recordar a mis Rinches y ahora que lo pienso, ya tuve el gusto de subirme a la “ñaña” en alguna ocasión.

    Justo cuando hice Veracruz18 (a mi estilo y en mi ruta personal) pasé por Xicotepec, yo jalé hacia Chiconta y Filomeno Mata y efectivamente por allá es zona meramente cafetera, recorrí algunos kilómetros rodeado de puro cafetal, así mismo también vi el final de la jornada de los trabajadores, algunos a pie, otros en bici, unos cuantos más en camionetas de redilas dejando los cafetales rumbo a su merecido descanso, espero pronto poder compartir ese relato.

    Seguro cambia mucho la perspectiva el conocer todo el proceso necesario para que podamos disfrutar de un buen café con solo apretar un botón, respecto a tu pregunta de cuánto vale una tasa de café, no tengo duda de que el precio que pagamos cuando adquirimos un frasco en algún súpermercado es el justo, sin embargo también creo que ese costo no se ve reflejado para los productores directos, pues ellos terminan vendiéndole su cosecha a un intermediario que seguro lo paga muy muy barato, en fin.

    De nuevo gracias por compartir Omar, espero nos veamos en el camino poblano en la próxima edición Panamericana…

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