El retorno del Renco

Augusto Galicia López
… ¡Ay! Con mi patita arrastrando güena me la estoy pasando y amigo no le aunque esté cojo …
Parodiando a la tradicional y divertida valona,la renca”  (puro Apatzingán), difundida por el grupo “los folkloristas” en los lejanos 70s u 80s, empiezo a narrar lo ocurrido en el fin de semana del 15 de noviembre, notable por el consumismo inducido desde las esferas oficiales y llamado eufemísticamente “El buen fin”.
El caso es que desde el mes de julio, recién fijado a la cama por las fracturas que me provocó el accidente en la autopista Puebla – Tehuacán, había propuesto, por FB, una rodada a la sierra norte de Puebla, para los últimos días de octubre o los primeros de noviembre, esperando que mi recuperación fuera rápida y estuviera listo para esas fechas.
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En el camino Tetela – Huahuaxtla
Sin embargo, el ritmo de mi recuperación ha sido lento, para los primeros días de octubre, apenas empezaba a usar un bastón para los desplazamientos cotidianos y la inflamación de mi pie al final del día era notable, sin contar que no tenía la fuerza suficiente para sostenerme junto con la moto, cualquier intento de rodar tenía que seguir en espera. Así las cosas, a fines de octubre, el amigo Rodrigo me preguntó: “¿Sigue vigente la rodada propuesta?” y mi respuesta fue automática, “Claro que sigue en pie, sólo hay que afinar detalles”.
En el transcurso de la siguientes semanas, el amigo Rexx, avisa que sigue adherido a la rodada, sólo que con la modificación de llegar a la Costa Esmeralda, por lo que sólo nos acompañaría hasta Zacatlán. Así que después de muchos intercambios de mensajes, quedamos en rodar hacia Cuetzalan, pasando por Apizaco y Tetela de Ocampo, y de ahí él seguiría a la Costa y yo regresaría a Puebla, acompañándolo hasta la carretera a Tlapacoyan, Ver. Quiénes se apuntaron inicialmente fueron: Rodrigo (quien rodaría desde Orizaba a Puebla y regresaría conmigo de Cuetzalan, hasta algún punto de donde el pudiera regresar a Orizaba), Rexx, Nohé Gallardo, Israel Telléz y Jorge Amigón, quiénes saldrián de Chiautla de Tapia y continuarían hasta la Costa Esmeralda, y Alex García Hernández, quién haría la rodada con los amigos de Chiautla, con inicio y terminación en Puebla, Pue. Un poco antes de empezar la rodada, se tuvo la posibilidad de que se agregaran Angel y Eduardo Martínez, y el Gallo Rivera (de Taxco), pero finalmente las obligaciones o los imprevistos les impidieron hacer la rodada. Al final, sólo quedamos: Rodrigo (Kawasaki Ninja 650), Alex (Bajaj Avenger 220), Rexx (Suzuki GZ 150), Nohé (Yamaha FZ 16) y quien esto escribe (Suzuki Gladius 650).
Ante tal situación, el sábado 15 de agosto, alrededor de las 7:30 AM, estaba saliendo de la casa para encontrar a Rodrigo en la caseta de Amozoc para reunirnos con los amigos de Chiautla en la correspondiente de la Atlixcáyotl y de ahí llegar a la casa de Alex, donde disfrutaríamos de un buen desayuno. Pero, ¡Rayos! Apenas he recorrido unos 4 km y me doy cuenta que no llevo la tarjeta de circulación de la moto, y no quiero arriesgarme a un retén, así que me regreso por el documento y empieza la rodada con el primer retraso. A escasos 10 km de la caseta de Amozoc, recibo mensajes y llamada de Rodrigo quien ya está en la caseta. Así que tengo que apurarme para observar al llegar que no se puede regresar a Puebla en la caseta, por que hay unas rejas que lo impiden, ni modo, me estaciono, bajo de la moto y empiezo a buscar con la mirada, cuando suena el teléfono, es Rodrigo quien está casi enfrente de mi del otro lado de la autopista. Le pido que me espere y hago el retorno con doble pago de caseta para saludar personalmente al amigo quien viene acompañado de Elizabeth Carrillo. Vamos por los de Chiautla, le comento y ponemos rumbo a la caseta de la Atlixcáyotl. Hay varias opciones para llegar, y escojo llegar al periférico cruzando por la zona militar, pero olvido que una parte de esa vía está en obra y nos encontramos con un tráfico espantoso que nos retrasa al punto de que son prácticamente las 10:00 AM y todavía estamos muy lejos del punto de reunión. Decido llevar a Rodrigo a la casa de Alex y de ahí ir por los amigos de Chiautla. Llegamos con Alex, después de la pregunta obligada en el rumbo para definir la calle, y nos recibe con la buena nueva de que Rexx y Nohé ya están adentro, porque se aburrieron de esperarnos y decidieron llegar antes. Excelente decisión, ahora ya estamos listos para rodar hacia Cuetzalan. Pero antes, la familia de Alex nos agasajó con un sabroso desayuno y una amena charla, la cual retrasó un poquito nuestra salida hacia la sierra. Por cierto, en este momento ya le había comentado a Rodrigo que la luz frontal de su Ninja, no está funcionando, así que decide aprovechar esta corta estancia para revisar su recién cambiada lámpara de leds.
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En el desayuno con Alex García. (Foto de Alex García)
Ahora sí, son casi las 12:00 AM y nos encaminamos al Autozone del rumbo para que Rexx pueda reponer un poco de aceite a su prieta. Los voy guiando por el centro de Puebla, para que Rodrigo y Elizabeth no se vayan sólo con la mala impresión del tráfico citadino y los baches y chipotes de la llegada, todavía no salimos a la carretera y tenemos que parar obligadamente enfrente del estadio Cuauhtémoc para llenar los tanques de combustible.
Tomamos la vía corta a Santa Ana Chiautempan y casi en un abrir y cerrar de ojos, ya estamos en el Estado de Tlaxcala, y apenas hemos pasado por la central de abastos de Puebla. Como sea, la carretera hasta las inmediaciones de Santa Ana, transcurre plácidamente, hasta que el tráfico de uno de los cruceros más conflictivos de Tlaxcala nos hace rodar despacio y el grupo se separa. Un poco antes de ingresar a la carretera San Martín – Apizaco, nos esperan los “fugados” y volvemos a rodar en grupo, pero el tráfico sigue intenso, ahora por un accidente y volvemos a reunirnos en Apizaco. Aunque el tráfico en la carretera Apizaco – Tlaxco es mayor al que esperaba, rodamos sin novedades y hacemos una parada en la entrada de Tlaxco para recargar teléfonos en el oxxo y hacer la habitual rehidratación de ruta.
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Reorganizando el grupo
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De vuelta al camino.
Al salir de Tlaxco, nos encontramos con la sierra y sus magníficas curvas y siento la necesidad de “probar” mi “capacidad” de manejo, por lo que empiezo a despegarme del grupo en mi afán de calibrar mi manejo en las curvas. Al llegar a Loma Alta, Pue. El camino se bifurca y por un lado se llega a Chignahuapan y Zacatlán, y por el otro a Tetela. Ahí me estaciono para esperarlos y tomar unas fotos.
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Esperando a los compañeros de ruta.
Otra vez se reúne el grupo y seguimos hacia Tetela de Ocampo, aunque hay muchos pueblitos en el sinuoso camino, de los cuáles, escogemos Aquixtla para hacer una pequeña escala técnica para volver a reagrupar. Es aquí donde Rodrigo nos comenta que sintió algunas “inconsistencias” en la aceleración de su Ninja, por lo que vamos muy atentos a cualquier síntoma de avería. Llegada a Tetela sin contratiempos, y los conduzco hacia la plaza central para las fotos de rigor.
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Conociendo Tetela de Ocampo, Pue.
El camino todavía no termina, tenemos que volver a las monturas para continuar. Aprovechando mi condición de local, los vuelvo a guiar hacia el camino a Cuetzalan, pero en la irregular topografía y trazado de las calles me pierdo y llegamos a una carretera hacia quien sabe donde que está cerrada por obras y tenemos que regresar, para utilizar el GPS autóctono, no sin antes observar algunas de las mejores panorámicas de este pueblo serrano, cuna de héroes nacionales de la época de la intervención francesa, como Don Juan N. Méndez (quien llegó a ser presidente de la República),  Don Juan Crisóstomo Bonilla (quien llegó ser Gobernador de Puebla) y Don Juan Francisco Lucas, los tres, generales de grandes méritos militares en la defensa de la República, conocidos como “Los tres Juanes de la Sierra”.
El GPS autóctono funciona, como siempre, y después de dos o tres correcciones más, llegamos a la carretera a Cuetzalan y la abordamos con entusiasmo; pero, no han transcurrido ni cinco km cuando nos encontramos una manifestación de tetelenses que marchan hacia La Cañada, en protesta por la pretensión de compañías extranjeras de instalar minas para la extracción de oro. Como ocupan todo el camino, no nos queda otra que marchar con ellos y esperar a que se vuelva a “despejar” el camino para continuar la rodada. Un poco para aprovechar el tiempo, Rodrigo decide cambiar su lámpara de leds, por la original para no rodar a obscuras, porque ya es un hecho que nos caerá la noche antes de llegar al destino. Sus esfuerzos resultan vanos porque no dispone de la lámpara y ante la duda de continuar, le sugerimos que nos acompañe para que nosotros le alumbremos. No del todo convencido, acepta y tan pronto vuelve a ensamblar su unidad de luz, reanudamos la marcha para alcanzar a los demás que se han adelantado. Voy delante de la Ninja, porque supuestamente ya conozco la ruta, pero ruedo despacio por las pobres condiciones del camino, las que incluyen mucha tierra y gravilla suelta y está claro que no quiero saludar a las hormigas, pues todavía llevo el tobillo delicado. No obstante las precauciones, no puedo evitar un derrapón por la inesperada “aparición” de un tope al salir de una curva llena de tierra suelta. Un poco después Rodrigo me comentaría que el también derrapó por la misma causa, pero en otro lugar.
Me va pareciendo extraño que no alcancemos a los “fugados”, cuando de repente los veo estacionados tomando fotos de una cascada que suele formarse en las temporadas de lluvias y nos detenemos para completar la sesión de fotos.
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En el camino Tetela – Huahuaxtla
Aún con “mi patita” arrastrando activo el “autodisparo” para incluirme en algunas tomas, y tengo que realizar un buen esfuerzo para llegar a la foto antes que el flash.
Un buen momento de esparcimiento, pero hay que continuar, pues todavía estamos a aproximadamente 60 km de Cuetzalan y nos va “a agarrar la noche”.
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Una escala en el camino a Cuetzalan.
Nos organizamos con Alex en la punta, Nohé en seguida, Rodrigo en medio, para que lo podamos alumbrar y atrás Rexx y me toca ir de barredora (insisto: “El hombre más lento es el que determina la marcha de la guerrila”. Ché).
El camino sigue horrible, tierra, baches, gravilla, topes, algunos perros y nos cae la noche … y Rodrigo sin luz y con acompañante, ¿Qué más podemos pedir? … Por supuesto, … ¡Niebla! A unos 10 km antes de Cuetzalan, espesa, con llovizna; pero, ¡Es normal en este tiempo en este lugar! Ni modo, ya no hay marcha atrás, ya casi llegamos a Cuetzalan. Antes de lo esperado, hacemos una parada en una gasolinera, porque Rodrigo ya traía su alarma encendida y casi todos aprovecharon para comer unos tamales tradicionales del rumbo que ofreció una vendedora Cuetzalteca.
Por fin, llegamos a Cuetzalan y los jóvenes que se ofrecen a guiar nos preguntan ¿A donde van? Y la respuesta es automática, vamos con Don Chuy enfrente de la disco – antro “Toca – Toca”, nos lleva por las empinadas, húmedas y resbalosas calles de este “pueblo mágico” y un poco antes de tocar el suelo, llegamos a una esquina donde esperamos que el guía traiga a Don Chuy, un amigo motero que nos recomendó el buen Gabo del MC Xalapa Scooters. Nos recibe un hombre amable, experimentado, quien después de algunas frases de cortesía (no faltó la típica “yo pensé que no llegaban”) nos recomienda un hotelito que cuenta con estacionamiento para que las motos puedan descansar (nosotros no tanto, porque tuvimos que caminar dos empinadas, húmedas y resbalosas calles para llegar a la recepción, cargando maletas, Alex su maletón con todo y herramienta y en mi caso mi maletita, pero la “patita” arrastrando). Pero la meta del día ha sido alcanzada. Es decir después de dejar equipajes volvemos al camino, pero ahora de la pizzeria “El zarzo”, donde nuestro amable anfitrión nos invita una muy amena charla, nos regala unos recuerdos hechos por él mismo, un “farolazo” de Yolixpa, unas pizzas de la casa y, pues no podían faltar las clásicas cervezas del final del día. ¿Final del día? … Pero que estoy diciendo, la mezcla de yerbas del Yolixpa, y las cervezas hicieron un curioso efecto en el ánimo del Alex, quién casi a fuerza nos llevó al Toca – Toca para que pudiéramos constatar sus habilidades de bailarín, claro que con la compañía de una Indio tamaño “Caguama”.
Por motivos de censura, no podemos mostrar las fotos de dicho lugar. Ustedes disculpen.
El domingo 16 nos sorprendió con una magnífica vista de la Iglesia de San Francisco, que es la principal del pueblo, lo que quiere decir que su fiesta patronal anual se da cada cuatro de octubre, fiesta en la que “nunca” falta el famoso “cordonazo”.
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Despertando en Cuetzalan, Pue.
Las consecuencias de la mezcla de la noche previa, hacen que salgamos a buscar un necesario “mole de panza” o algo similar en los comedores típicos del pueblo, con la esperanza de poder regresar con entereza a la ruta. Así que un buen mole agregado de una pata de res es el desayuno de estos “experimentados” y curtidos MotoRuteros, que dicho sea de paso a mi no me gustó. Perdón, pero cuando vayan a Cuetzalan, disfruten de la comida típica del rumbo que es exquisita y no pidan “mole de panza”, porque corren el riesgo de que no les guste.
La vuelta al camino iniciará con el acompañamiento de Don Chuy y su Boxer 1100, junto con Leal Leal de RR (Rompiendo Reglas) de Cuetzalan, hasta “La Cumbre”, que es el lugar donde entronca la Carretera Interserrana de Puebla. Ya que los amigos de Chiautla y Alex no quieren correr riesgos en la ruta de Ayotoxco y Hueytamalco, por lo que han decidido continuar por Zacapoaxtla, Zaragoza y tomar la autopista a Teziutlán.
El ritual previo a la rodada cotidiana se cumple y por los típicos azares del destino, volvemos a separarnos aún en Cuetzalan, Alex y yo, vamos preguntando y corrigiendo y rodando en sentido contrario en algunas de las callecitas Cuetzaltecas, para llegar a la carretera a Zacapoaxtla, llego a la situación de encontrarme en una empinada subida en una estrecha calle y tengo que voltear la moto, pero no me animo a hacerlo porque siento que la fortaleza de mi tobillo derecho no va a aguantarla, por lo que no me queda más que pedirle a Alex que lo haga por mi para poder seguir. Todavía hago dos derrapones antes de llegar a la salida, pero puedo llegar con Alex a la gasolinera de la noche anterior, donde para nuestra sorpresa no hay nadie esperando. En eso estamos cuando veo una luz de moto, pero no es  un compañero de ruta, sino Leal Leal de RR que nos dice que los amigos nos están esperando en otro punto. Le pedimos que vaya por ellos mientras cargamos combustible y en menos de lo que cuento, ya estamos otra vez listos para continuar a la Costa (Los de Chiautla y Alex) y para regresar Rodrigo, Elizabeth y yo.
Posiblemente la mejor parte, desde el punto de vista de la conducción de motos, se da en esta parte, la carretera Cuetzalan – La Cumbre, a pesar de un poco de grava, es un deleite por sus curvas y sus paisajes. Llegamos a La Cumbre y nos despedimos de los amigos de RR, con la promesa de regresar y con la invitación para que ellos también nos visiten.
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En “La Cumbre” con los amigos de RR Cuetzalan.
Otra vez la formación con Alex en la punta y yo de barredora, sin novedades hasta la entrada de Zacapoaxtla, donde tomamos el libramiento, no sin antes escuchar a Rodrigo que vuelve a comentarme de las inconsistencias de la aceleración de la Ninja y me voy atrás de él para asistirlo en caso necesario. Llegamos al “puente colorado” que es la entrada a Zacapoaxtla en el otro sentido o el final del libramiento y vuelve a comentarme de las inquietudes de la Ninja, le trato de animar para seguir, pero no recorremos ni un km cuándo se detiene y me dice “ya no voy a seguir porque puede ser peligroso, voy a llamar al seguro para que se haga cargo” así que después de las recomendaciones me despido de él y de Eli y arranco para alcanzar a los “fugados” que ya me llevan mucha delantera.
Los alcanzo poco antes de llegar a Acuaco, lugar donde bifurcamos el camino, ellos siguen a la Costa y yo regreso a Puebla.
El tramo de Acuaco hasta Puebla es muy conocido para mi. Mi primera intención es rodar por pura “libre”, pero después de pasar Libres, qué por cierto se ve muy arreglado, me encuentro con la entrada a la autopista Puebla – Xalapa y con una pequeña inclinación del manubrio, entro a la vía rápida para minimizar mi tiempo de llegada al hogar. ¿Las autopistas son aburridas? Claro que lo son, pero dan la ventaja de reducir los tiempos de recorrido, aunque en mi situación personal, también me sirvió para poner a prueba mi tobillo, y darme cuenta que todavía no se encuentra en plenitud, para controlar el freno trasero. Necesito rodar más para ir acostumbrándolo.
Al llegar a Puebla, recuerdo que hay calles en obras, así que regreso unos 5 km hacia Veracruz por la libre para entrar al periférico ecológico y sacarle provecho a los pagos de la caseta. Así, la llegada a la casa se da sin contratiempos y quedo listo para lo que venga.
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El recorrido aproximado.
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La distancia recorrida, según el odómetro de la Gladius
Gracias amigos Rexx, Nohé, Alex, Rodrigo y Elizabeth por compartir esta rodada conmigo y con mi debutante tobillo derecho. Por supuesto estoy agradecido con el Profe. Jesús González Galicia, no or ser mi tocayo, sino por su generosa, amena y amable hospitalidad, gracias también Gabo de Xalapa Scooters y Angel Rosas por estar pendientes de esta rodada. Seguiremos viéndonos en el camino para compartir más rodadas.

20 thoughts on “El retorno del Renco

  1. me he reido mucho con su relato profe, nada mas de acordarme de “fugados” y de que alex nos llevo al toca-toca casi a fuerzas jajajaja, muy buen relato, buenos amigos y buenos tragos, ademas de excelente sierra y macnificos anfitriones en cuetzalan, un gusto rodar con usted profesor, gracias por tomarnos en cuenta.

    saludos y abrazos moteros

    1. Amigo Rexx.
      No se puede decir en el relato lo mucho que aprecio tu disposición a rodar y compartir.
      Con respecto al Toca – Toca, debemos estar siempre atentos porque en cualquier otra rodada el buen Alex, puede querer embaucarnos de nueva cuenta.
      Gracias por leer y estamos a la espera de la reunión en Huitchila, Mor. donde trataré de acercarme a la hospitalidad del Profe. Don Chuy.
      Un abrazo. ¡Nos vemos en el camino … de Huitchila, Mor!

  2. Qué tal profe?

    Felicidades por su regreso al camino, que estas rodadas sean para bien fortaleciendo y acostumbrando a su tobillo a lo que se le viene…

    Cómo siempre gracias por compartir su relato, muy agradable. Por cierto ¿El Toca-Toca es un …? Bar? Antro? Cantina?…

    Saludos!

    1. Amigo RomoNet.
      Gracias por tus amables comentarios. Ahora que he regresado al camino estoy atento para evitar situaciones que me pudieran poner en riesgo, incluyendo mi tobillo que requiere de una terapia de ruta.
      El Toca – Toca es una disco de Cuetzalan. Nada especial, sólo que nos pareció divertida la forma como fuimos a caer ahí.
      Saludos.
      ¡Nos vemos en el camino!

  3. Profesor, este relato me deja con 2 pensamientos en la cabeza, como diría Jack el destripador, “vamos por partes”.

    En primer lugar me da gusto que este en la carretera de nuevo y poder disfrutar de sus excelentes relatos, que se extrañan en la pagina.

    Y por otro lado, al estarlo leyendo no puedo evitar pensar realmente que tan responsable es salir a rodar sin estar al 100%, es cierto que en el recorrido que narra, hubo un par de contratiempos y algunas incidencias que pudieron llegar a ser mas grandes con consecuencias que desconocemos, afortunadamente no fue así, pero no quita el echo de que estuvieron jugando con la suerte en algunos puntos. Digamos que algo mayor sucede, un derrapon a lo decir lo menos, y tiene que poner su pie lastimado, que pasaría ahí?

    Se que cada quien ve por si mismo y asume cosas y sus riesgos, sin embargo me quedo con esa sensación de que tal vez todavía no era tiempo. Totalmente personal mi percepción, y muy respetable su decisión de salir a rodar. Este comentario va sin mala intención alguna, y solo expresa mi opinion subjetiva.

    Para finalizar solo quiero expresarle mis deseos de que la recuperación termine pronto y pueda estar al 100%

    Saludos!

    1. Hola Obi Juan.
      Primera parte. Gracias por tu bienvenida a mi retorno y por considerar “excelentes” mis relatos.
      Segunda parte. No hay que pensar mucho sobre la responsabilidad. No hay duda que no soy un motociclista responsable, el recorrido estuvo lleno de zozobra, para mi, porque siempre tuve encima el enorme riesgo de terminar lesionado, incluso sin caída (no olvido que en mi tremendo accidente, no hubo caída). Coincido contigo en que no era tiempo aún de volver a rodar; pero, ahora que he regresado completo con una gran alegría por la ruta y la compañía y los amigos recién conocidos, no me queda duda, algunos riesgos valen la pena de correrse. Nunca he considerado que pueda haber mala intención en tus comentarios.
      Por último, gracias por tus deseos acerca de mi recuperación
      Saludos.
      ¡Nos vemos en el camino!

      1. Se que las opiniones son subjetivas, mi buen Augusto, pero hay que reconocer que sus relatos son excelentes por donde se le vean.

        Aclarado el asunto de la responsabilidad en la moto, entonces venga pues, a darle caña jajaja. Como comente todos sabemos hasta que punto tomamos riesgos, y claro, como usted comenta “Algunos riesgos valen la pena correrse” estoy completamente de acuerdo con usted. De entrada el subirse a la moto por primera vez ya implica un riesgo si lo pensamos asi jaja
        Y bueno Esperemos vernos en el camino este diciembre.

        1. Hola de nuevo Obi Juan.
          Nuevamente gracias por tu opinión de mis relatos.
          Respecto a la responsabilidad y a los riesgos, me viene a la mente, que la mayor parte de las personas con las que platico (y algunas son muy jóvenes), asumen que el subirse a la moto es casi una actividad extrema, sin embargo, casi todos nosotros (o todos), vemos realizaciones y sueños más que riesgos (eso creo), por lo que nos animamos a lo que otros no y, todavía más, nos tomamos el tiempo de escribir nuestras impresiones y las publicamos aquí para compartir.
          Sin duda podemos coincidir en diciembre, sólo pon la fecha, el lugar y la hora. Por mi parte, te espero en Huitchila, Mor. el 20 de diciembre, a la hora que gustes estará esperándote un taquito y una cerveza.
          Saludos

  4. Profe Augusto, primeramente que bueno que nos compartió su relato, me gustó mucho, se ve que estuvo lleno de situaciones divertidas y se nota que se la pasaron genial. A mi me había invitado Rodrigo, sin embargo los tiempos no se me dieron, será en otra ocasión.

    En fin, yo creo que ésta rodada le sirvió para probar que tan fuerte o preparado ya siente su tobillo, por lo que comenta en el relato yo creo que si debió esperarse un mesesito mas jeje, pero bueno, ya lo bailado, ¿quién se lo quita? (literalmente… por aquello del Toca-toca XD)

    Lo bueno es que el tobillo sigue en recuperación y ojalá muy pronto ya se encuentre al 100.

    Le mando un saludo y también a los demás que lo acompañaron, espero coincidir un día de éstos en el camino con ustedes.

    Saludos desde Oaxaca 🙂

    1. Mi estimada Armin.
      Realmente, el gusto es mío, gracias por leer las líneas que me fue dictando mi mala memoria.
      Como bien lo dices, en otra ocasión podremos coincidir en alguna rodada similar, inclusive podría ser en el Estado de Oaxaca. Habría que hacer planes.
      Coincido contigo en que me he apresurado para volver a la ruta; pero, ya no hay vuelta, le voy a seguir. Y, sí, me hubiera gustado bailar en el Toca – Toca, pero tendré que esperar, pues ya puedo andar en moto, pero no puedo bailar. ¡Cruel ironía del destino!
      Seguramente coincidiremos en el camino.
      Saludos.

  5. Me da gusto profe que ya este de regreso, se ve que se la pasaron genial hasta bailada se aventaron, a rehabilitar ese tobillo, cuidese y un abrazo.

    1. Hola Richard TT.
      Gracias por la bienvenida en este retorno. Efectivamente, todo salió bien, algunos sustos menores y la tensión de rodar de noche y con neblina sin luces en la moto de Rodrigo; pero, la fortuna y el acompañamiento hiciero que tod saliera bien.
      Mi tobillo sigue en rehabilitación, tanto formal en el hospital, como informal ¡Rodando! Creo que todo va como debe ir.
      Saludos a toda la raza Regia, en especial al Guardián de quien se extrañan los relatos. Un abrazo.
      ¡Nos vemos en el camino!

  6. Hola Augusto,
    Me da mucho gusto saber que ya estás de regreso al camino.

    Que bueno que los contratiempos e incidentes que fueron ocurriendo durante la ruta no pasaron de eso, simples contratiempos que le van dando sabor al viaje.

    Tenia muchas ganas de acompañarlos pero gracias a tu narración y a la de Rexx podemos sentir el viaje. Habrá que ir a conocer en persona a don Chuy, las pizzas y el Toca-Toca

    Como siempre un gusto leer tus relatos, disfruto mucho tu estilo de narración.

    Espero que para tu próximo viaje el tobillo ya esté mejor y de menos molestias.

    Muchas gracias por compartirnos tu aventura!

    Nos vemos en el camino… De hi-viz y reflejantes!

    1. Hola Zolin.
      Gracias mil por comentar, ya se extrañaba.
      Considero que soy afortunado porque pude regresar al camino sin incidentes y con la compañía de estupendos amigos tanto en el camino como en el destino.
      Efectivamente, ya hace falta que compartamos una rodada, tal vez conocer a Don Chuy sea una buena idea, podríamos disfrutar de su muy amena charla y de su fantástico trabajo de artesanía, que no comenté en el relato. De las pizzas, tienes que probarlas y del toca – toca, creo que tendríamos que pedirle al Alex García que nos acompañara.
      Mi tobillo va mejorando semana a semana. No creo que me de problemas en rodadas no muy largas.
      Nuevamente, gracias a ti por tus comentarios y por supuesto que …
      ¡Nos veremos en el camino!

  7. Que gusto volverlo a leer, saber que se volvió a montar como diciendo “a ver vuélveme a tirar cabrona moto” jajaj, sobre el tema de si es responsable o no, yo me identifico con usted ya que no tarde ni dos semanas para subirme a la moto después de dislocarme el hombro, y sí, son riesgos pero ya subirse a la moto representa eso mismo y es por eso que hacemos lo que hacemos, espero volverlo a leer pronto.

    1. Hola Alex Torres.
      Gracias por tus comentarios.
      El riesgo que implica subir a una moto es altamente recompensado después de una rodada. Eso no tengo que explicarlo, cualquiera de los que leemos estos relatos lo vivimos con frecuencia, en algunos (muchos) casos, a diario.
      ¿Leerme pronto? Desde que hice el viaje a Cd. Victoria en diciembre pasado he estado tratando de publicar mi relato; sin embargo, me ha detenido el que, practicamente, no tomé fotos (sólo dos o tres, francamente malas) y estoy en el dilema de publicar el relato o no.
      Ahora, con tu comentario, me animaré a publicarlo, con la petición de que no me reclames mucho por la ausencia de fotos, pues tuve que hacer el viaje al estilo Iron Butt.
      Nuevamente, gracias por tus comentarios y …
      ¡Nos vemos en el camino!

      1. Venga profe, regalenos un relato más que ya bastante castigados nos tiene, las fotos sí, enriquecen mucho, pero seguramente sabrá transportarnos a las situaciones que pasó en esa rodada, con su forma de narrar.

        Saludos!

        1. Hola amigo Romo.
          Gracias por comentar.
          Un poco por ti, otro poco por Alex Torres y el resto por mi, publicaré el relato de mi viaje a Cd. Victoria, con la petición de que las groserías que merezca por la pobre narración sin fotos, sea expresada sin miramientos (me cito: “el que escribe debe asumir las consecuencias …”).
          Aunque no me gusta prometer, espero que un siguiente relato lleve al menos los videos desde el manubrio.
          Saludos.
          ¡Nos vemos en el camino!

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