Taxco Express

 

Las semanas pasaron y el día tras día traía consigo solo quehaceres y más ocupaciones, mi profesión es muy caprichosa, y así como es benevolente del tiempo, hay veces en donde te exige el máximo, sin embargo vamos sorteando el trabajo y hacemos tiempo para salir a banquetear un rato de vez en vez. A lo lejos planeo un fin de semana de oro, uno que sea ¡libre!, ¿Qué hacer? Me pregunto, la respuesta es bastante obvia: toma tu motocicleta y escapa de la ciudad un par de días… es el cumpleaños de mi chica (llamada “N”) y pásenla bien. Tan claro como el agua fue que empezó esta pequeña rodada.

Quedada la fecha, un día anterior preparo todas las cosas que quedan pendientes antes de salir, revisión de frenos, llevar herramienta básica, presión de las llantas, aceite y todo aquello que se me ocurrió, la moto que es una FZ está en perfectas condiciones, no debería tener problemas, apenas tiene conmigo poco menos de escasos 2 meses, ahora veremos cómo se comporta con 2 pasajeros mas equipaje en carretera.

La noche anterior pensé que no dormiría de los nervios que me dan al rodar, cuál fue mi sorpresa que caí rendido en la cama por un par de horas solamente, porque los menesteres se prolongaron hasta media noche. El despertador me recibe con “Fortunate Son” de Creedence que se ha convertido en un pequeño himno para mí cuando salgo a rodar. Es Hora de volver al camino.

La Yamaha FZ lista para la acción

Paso por “N” a las 6:30 am cuando todo está despejado, planeo ir con tranquilidad y con descansos ya que ella no está acostumbrada a viajar en moto, enfilamos rumbo a 3 marías, la carretera sin problema alguno, el frio viene pegando duro, pero venimos prevenidos y traemos 3 capas de ropa protectora, el único problema fue pasar al baño (jaja). Continuamos rumbo a Cuernavaca y hacia Taxco, por fin vemos como dejan de aparecer casas y se convierte en páramos abiertos, estamos en carretera.

En el transcurso decido probar un poco la moto, veo una recta y comienzo a acelerar, solo veo que empieza a contar 85, 90, 95, 100, 105, pienso “no creo que pasemos de esta velocidad venimos muy cargados”, sigue avanzando 110, 115, 120, 123 estable… ok tal vez sería mejor medirlo con GPS pero aun así lo que he medido viene con diferencia de 5km mas o menos así que la velocidad de la moto con 2 pasajeros y carga es de 115-120 km/h lo cual me sorprendió, pasado este episodio entramos a las subidas indicadores de que estamos en los límites de Morelos y Guerrero, nos detenemos para estirar las piernas un poco, fotos y continuamos.

En el descanso todavía con Frio

Selfie Carreterezco

Todo listo a Rodar

Entrados ya en Guerrero el hambre hace estragos pero decidimos continuar hasta llegar a Taxco y desayunar propiamente. Las vistas espectaculares de la carretera (en malas condiciones por tramos) hacen que desacelere un poco el paso y disfrutemos del camino, el aire ya más caliente me invita a abrir el casco y dejar entrar el aire, vemos como la carretera sube a través de la sierra y serpentea un poco, el clima se pone muy agradable, se despeja y el cielo azul resplandece a nuestro alrededor (como la canción de Dragon Ball jaja). Entrando ya a nuestro destino después de un viaje sin problemas, “N” viene fascinada por la forma y lo bello que es Taxco, nunca había estado ahí, y ciertamente a mí siempre me ha parecido un pueblo bello y pintoresco digno de pinturas de museo, apenas recorriendo las primeras calles comienza a hablar de agendar más días y disfrutar las carreteras de alrededor (lastima, eso de mas días, será otra ocasión) llegamos casi al centro y dejamos la moto en un estacionamiento, que es subterráneo, sin mentir el grado de inclinación yo sospecho que estaba alrededor de los 60° (craso error a posteriori esa decisión).

Una vez ahí nos quitamos el ajuar aseguramos las cosas y a pasear se ha dicho, un día tranquilo nos espera. Obligada parada en la iglesia de Santa Prisca y recorrer las calles, subir a la parroquia de Guadalupe, subir a la parroquia de Guadalupe, recorrer el mercado de plata etc.

Santa Prisca, en un bonito día con contrastes

La vista desde el mirador

El día continuo sin sobresaltos, excepto a la salida del estacionamiento, como mencione el grado de inclinación se me hacia algo hasta grotesco, sin embargo yo tan distraído venia por todo que cuando nos montamos para salir no paso por mi mente lo cargada que estaba la moto, no conforme las cosas nos subimos los 2 en ella y al intentar salir cual fue mi sorpresa que subimos, unos metros y la moto no dio, y se apago, el susto comenzó cuando la rampa con un cemento resbaloso nos hace que el peso gane y aunque traigo los frenos a todo, comienza a deslizarse hacia atrás dejando una estela de caucho en el suelo, no pierdo la calma y razono que lo mejor es irse para atrás en línea recta y tratar de bajar la velocidad como pueda, todo esto en cuestión de 1 segundo, y estuve a punto de lograrlo, de llegar al suelo plano del estacionamiento y detenernos, pero el destino pensó diferente, algo hizo que cerca de la meta la moto se fuera de lado, yo, ya sin control sobre el peso, solo siento que nos vamos de lado, Pum! Caída como a un metro de lograrlo, mi preocupación era que la moto no le hubiera caído a “N”, cuando veo que está bien me calmo, aterrizó hábilmente (o milagrosamente) sobre su trasero y no paso más del ranaso de una caída normal, yo por mi parte no sé cómo llego mi espinilla izquierda en la palanca de freno derecha, sin embargo también estoy bien, los del estacionamiento nos ayudan, salimos ilesos y sin un solo rasguño, la moto, pues solo se raspo el escape, retomamos la figura, y ahora si a salir de ahí pero yo solo, “N” me esperara arriba.

Revisión de la moto, calmarnos un ratito y emprendemos el camino, al llegar a la desviación de Taxco a las grutas, el camino empieza a curvear, tengo un poco de sobresalto pensando si la moto andará bien, ideas mías, ya que la revise y todo está bien, aun así extremo precauciones, nuevamente las vistas son espectaculares, el sol brillando a todo y haciendo un contraste hermoso con el verdor de la vegetación que en esta época es muy abundante.

Las grutas si las han visitado saben que son un verdadero espectáculo natural, si no han ido es una de las cosas que tienes que ver en México, aunque de la última vez que fui tengo que decir que la vendimia se ha puesto muy fuerte, no te dejan en paz ni un momento, aunque sé que también los tiempos no son pare dejar ir clientes, pero hay formas óigame XD. Una vez terminado el recorrido, comemos algo, tomamos unos ricos cocos y de regreso, la noche se nos viene encima, yo no quería, pero nuevamente tengo que afrontar la carretera de noche, y esta vez vengo acompañado, así que seré todavía más cuidadoso. Le pregunto a “N” como se siente y me dice que ligeramente asustada por andar en moto en carretera de noche, no la culpo, le digo que no se preocupe que nos vamos con mucha precaución, pongo el chaleco hi-viz con reflejantes en la caja trasera de la moto, no apago las intermitentes y a darle. El recorrido inicialmente no tuvo problema alguno, llegando a Cuernavaca hacemos una parada para comer algo, descansar y platicar un poco, vemos que hay muchos rayos en el horizonte, pero pensamos bueno llegando a la caseta nos paramos y nos ponemos los impermeables… claro.

De vuelta a la carretera, comienza una lluvia del demonio que en cuestión de 1 minuto nos empapo, y jamás vi un espacio donde detenernos para ponernos los impermeables, que dicho sea de paso, aunque me detuviera la lluvia nos hubiera mojado en ese lapso de tiempo, pienso, “bueno ojala la lluvia cese llegando al D.F.”, pero nuevamente la vida pensó diferente, empezó a granizar un poco, pero se quita, sigue la lluvia y aparece otro invitado, la niebla, una niebla densa, de esas que te empañan la visera y no te permite ver más allá de unos 10-15 metros, la marcha se hizo lenta y decido irme atrás de un tráiler y un par de autos que supongo pensaron lo mismo que yo, “mevoapegar como mosquito en parabrisas al primer tráiler que vea” lenta fue la marcha al D.F. con el frio y la mojada pegando, la niebla continua un buen rato con nosotros, hago todos los movimientos que puedo para no entumirme, cuando pasamos la caseta de Tlalpan veo que el regreso ha sido tardadisimo, 4 horas y media, pero ya estamos a nada de concluir el recorrido, una ligera lluvia nos recibe en la ciudad, pero se ve que paso fuerte como ha sido últimamente aquí en la capital. Justo llegando a la casa de “N” deja de llover (la vida y sus cosas). Descargamos y nos despedimos, cansados pero contentos. Para ella su primera experiencia de una salida relativamente larga en moto, para mí, la primera vez que comparto el camino con mi novia. Un buen rompe-rutinas de fin de semana.

P.D. ya estamos planeando la siguiente salida.

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