Habitantes del camino. Día 13

San Blas – Playa Novillero

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No es mas que un hasta luego...
No es mas que un hasta luego...

La noche pasó rápido, en verdad estábamos cansados. Pero ya es de día, así que rápidamente nos preparamos para salir, voy por Suzuki quien había estado guardada segura en el estacionamiento del hotel, y como ya era un poco tarde, subimos todas las cosas para ir ahora sí a meternos al mar, pues Ruth no se quería quedar con las ganas como en Sayulita… Salimos del hotel, entregamos la habitación y mientras subimos todas las cosas a Suzuki, una persona que estaba con el recepcionista nos hace preguntas sobre la moto, sobre nuestro viaje, se sorprende pero le da gusto que andemos viajando en esa moto aparentemente pequeña y a la vez se da cuenta que es el medio ideal para hacerlo… Cerca hay varias motos grandes estacionadas, seguramente van de paso rumbo a la Semana de la Moto en Mazatlán. Acaban de cargar gasolina y están viendo algunos detalles antes de salir. Una deportiva, una Triumph Tiger, una chopper, varias BMW y una Gold Wing; todos saludan y se despiden cordialmente, excepto el piloto de esta última… Ruth se despide también y de todo corazón desea que les vaya bien, que no sufran nunca algún accidente. Por último consultamos con las personas del hotel sobre las condiciones de la carretera libre a Mazatlán, nos dicen que es muy segura y eso nos ayuda a confirmar nuestro plan. También nos dan una idea de la ruta por seguir, que nos ahorrará varios kilómetros según dicen…

La mañana de San Blas nos ofrece una calle tranquila, con el fuerte calor del sol que cala, pero no demasiado. Por calles adoquinadas y empedradas, llegamos de nueva cuenta a la playa, la misma donde estuvimos ayer. Ya no dejo a Suzuki dentro de la arena, pues sé que será difícil sacarla de nuevo, también procuramos dejarla bajo la sombra de una palmera, pues el asiento llega a calentarse demasiado con el sol… Pregunto en el restaurante si hay entrada para la playa en un sitio más adelante, pues veo muchas camionetas estacionadas sobre la arena. Rápidamente me dicen que está prohibido entrar en vehículo a la playa, en un tono un tanto molesto, pero lo comprendo y me da gusto que cuiden su entorno. Lástima por la gente del lugar o de la región que, sin importar nada, se meten causando daños, del mismo modo que sin intención, lo hice ayer.

Aquí estás bien
Aquí estás bien
Re-perra vida
Re-perra vida

Un perro, disfrutando la vida que sólo estos animales pueden tener, nos recibe a la sombra que da la caseta de los salvavidas. Surfers y más familias viven este día en esta bella e inmensa playa. Ruth tiene ganas de entrar al mar, yo prefiero no hacerlo, pues sé que al salir no podremos bañarnos, y la verdad no me gusta la sensación del agua salada secándose en la piel y permanecer así por varias horas… Ruth no se limita y entra, goza de nueva cuenta el mar y después de varios minutos finalmente me decido a acompañarla. Solamente traigo un boxer debajo del pantalón, así que en esa casi transparente prenda entro al mar, hasta que Ruth me ve y rápidamente va hasta la moto por mi short… Juntos disfrutamos de una gran playa, que ofrece un piso suave, liso y que casi no desciende por más que caminemos hacia el mar. Las olas son tranquilas, pero por momentos crecen y nos ofrecen grandes momentos de diversión, hasta que finalmente decidimos salir, tomar un poco de agua, correr de regreso hasta Suzuki, mientras se nos queman los pies y llegar a un restaurante para buscar algo de desayunar.

Decidida
Decidida
Ella y la mar
Ella y la mar

Ese algo fueron camarones, tanto en ceviche como al mojo de ajo y un par de naranjadas inmensas. Deliciosa comida para aguantar la rodada que nos espera, y que por antojo, decidimos comprarle a una señora costeña pan de plátano. Solamente queríamos un postre, pero recibimos una generosa porción a un precio demasiado bajo. Vimos convivir a algunos turistas asiáticos, también habían otros al parecer norteamericanos. Averiguamos que unas pequeñas cabañas frente a los restaurantes se pueden rentar. El único problema que le vemos son los mosquitos, pero de ahí en fuera, son una interesantísima opción para vacacionar… Ya con el estómago lleno y con la ruta definida, nos preparamos a dejar San Blas por esta ocasión, pero adonde sin duda, algún día volveremos.

Buenas decisiones
Buenas decisiones
Generosas raciones
Generosas raciones
El invita
El invita
Amor apache (©Ruth Rivera)
Amor apache (©Ruth Rivera)
Pura vida (©Ruth Rivera)
Pura vida (©Ruth Rivera)

Apenas vamos por los primeros kilómetros de una carretera que va sobre terrenos pantanosos, cuando del lado izquierdo vemos una camioneta que al parecer se salió por algún descuido. Definitivamente ya no puede salir por las condiciones tan inestables del terreno, así que sus ocupantes piden ayuda y varias camionetas se han detenido. Continuamos de largo extremando precauciones. Principalmente trato de estar alerta por animales cruzando la carretera…

Caminos de Nayarit
Caminos de Nayarit

La carretera es secundaria, no es muy transitada pero jamás está vacía. Sobre todo, me llama la atención la casi total ausencia de vehículos de turistas, pese a que es una ruta bastante bella. No tanto como la de ayer de Sayulita a San Blas, pero esta también guarda su encanto, especialmente por los diversos olores que se disfrutan, resaltando el de tamarindo… Pasamos por Guadalupe Victoria, luego en Aután miro a un oficial de tránsito oculto bajo la sombra de un árbol, buscando infractores; en Villa Hidalgo hay una gran custom entrando a un taller de autos. Posiblemente sólo le hace falta aceite, pues algunos metros adelante está otra moto regresando junto a su compañero de viaje. Pasando Villa Hidalgo nos encontramos un entronque sin letreros, y aunque el sentido común me dice que continuemos derecho, prefiero preguntar a una mujer que dice desconocer estos rumbos… Ya luego otra persona nos confirma que vamos bien. Tomamos la carretera Tepic – Mazatlán, que entre las personas del lugar se conoce como la Internacional. Vaya que cambia, pues de venir rodando a un ritmo tranquilo de 80 kilómetros por hora, ahora tenemos que hacerlo mínimo a noventa, pues todos los automóviles van al menos a esa velocidad… Los paisajes no son tan buenos en este tramo, pero seguimos adelante pasando por la desviación de Santiago Escuintla, luego la de Ruíz. Aquí nos detenemos unos momentos para tomar un poco de agua, y como nos la acabamos, decidimos parar en la siguiente gasolinera a comprar un poco. En eso pasan varios motociclistas con varias motos, incluida una Tornado, todos saludan.

Tan esbelta (©Ruth Rivera)
Tan esbelta (©Ruth Rivera)

Reanudamos la marcha y rápidamente llegamos a Cañitas, que es la desviación a Tuxpan; es un entronque demasiado transitado, no entiendo cual es la razón; pero el punto es que aquí se detienen muchísimos camiones de pasajeros para comer, así como automovilistas y camiones de carga. Nosotros solamente llegamos a la gasolinera a recargar y obviamente a comprar agua y una bebida hidratante, pues el calor llega a ser sofocante por momentos. Continuamos y como todo este tramo, voy atento a todo lo que sucede en la carretera, tanto delante como detrás nuestro, noto la presencia de muchos trailers que casi todos van bastante rápido. Disfrutando el viento, un tanto preocupado por como la va pasando Ruth, pues hace rato no nos detenemos a descansar, inesperadamente un fuerte ruido a mi izquierda me obliga a voltear al espejo, y antes de que lo mire, una deportiva nos va rebasando junto con otras dos que fácilmente van a más de 130 km/hr. Apenas me estoy recuperando de la sorpresa cuando miro que un poco rezagada viene otra moto, pero no tiene el espacio suficiente para pasar pues de frente viene un trailer. Acelera unos metros antes, pasa fácilmente pero ya no queda en buena posición para volver al carril derecho, así que apenas por unos centímetros logra librar un impacto con el trailer…Vaya conducta tan suicida de este tipo, y lo peor es que llevaba acompañante… No cabe duda que los rebases suicidas no son cuestión de cilindrada, pues se da en todos los casos con cualquier tipo de moto, la diferencia la hace cada mente.

No nos queda mas que seguir rodando tranquilos y seguros, saludando a los ocasionales motociclistas que seguramente ya vienen de regreso de la Semana de la Moto pues viajan hasta sitios lejanos. Choppers, turísticas, deportivas y dobles propósito se dejan ver por aquí. Hoy no tenemos una idea muy fija de hasta donde llegaremos. Podríamos continuar hasta Mazatlán, pero yo prefiero no hacerlo y posiblemente quedarnos en Escuinapa, Acaponeta o Rosario. Sin embargo, ahí no hay playa y suponemos que tampoco hay sitios de interés para nosotros, así que nos detenemos en el entronque a Tecuala y luego de revisar el mapa decidimos quedarnos en Playa Novillero, donde yo ya pude estar hace casi un año. Tomamos la desviación y para nuestra sorpresa la carretera tiene acotamientos. Vamos a la orilla del carril derecho, por momentos circulamos en el acotamiento y de pronto veo por el espejo las sirenas de un vehículo de emergencia o policial. No alcanzo a distinguir, pero me preocupo pues podría ser alguna patrulla atendiendo algún delito. Mantengo la calma y conforme se va acercando me doy cuenta que es una camioneta de bomberos. Eso me tranquiliza un poco, pero me pregunto el motivo de su urgencia. Llegando al entronque con la autopista Tepic – Mazatlán, vemos la razón: un fuerte accidente entre dos automóviles. Al parecer no es tan grave, las víctimas solamente tuvieron que ser inmovilizadas pero no quedaron prensadas en el interior. Un recordatorio más de la necesidad de conducir de manera segura y estar atentos al camino.

Con seguridad (©Ruth Rivera)
Con seguridad (©Ruth Rivera)

Llegamos a Tecuala y veo que la entrada es muy diferente a como la recordaba de hace un año. Sin duda, al menos la vialidad y algunos edificios han sido remodelados o son nuevos. En la gasolinera vemos tres motociclistas, están ocupados viendo detalles de su viaje y nos ignoran por completo. Seguimos los letreros que indican “Playa” y donde no estoy seguro preguntamos con personas del lugar, y sin mayores dificultades ya estamos rodando rumbo a Novillero. Deliciosos árboles con flores color salmón nos reciben y nos dicen que continuemos, pues el destino de hoy espera por nosotros. Campos de un intenso verde dicen que hemos acertado con la elección de nuestro destino.

Por buen camino
Por buen camino
¿Y los cascos?
¿Y los cascos?

De pronto alcanzamos una motocicleta donde van dos personas, ambos sin casco. El de adelante solamente trae gorra. Van viendo que los alcanzamos y aceleran, yo fácilmente podría acelerar y dejarlos atrás, pero prefiero seguir tranquilo y dejarlos ir a su ritmo, cuando inesperadamente, la gorra del piloto cae y tienen que detenerse para rescatarla… Bonitas granjas, casas de campo excepcionales y pocos vendedores a la orilla de la carretera nos dicen que continuamos por este fuerte sol. El cruce de la carretera sobre un inmenso estero me recuerda que ya casi llegamos, y casas de pescadores a la orilla nos dicen que estamos en otro mundo.

Ingeniosas construcciones
Ingeniosas construcciones
En el estero
En el estero
Este sí es un milagro
Este sí es un milagro

Metros más adelante una franja de palmeras nos dice que finalmente hemos llegado. Un letrero lo confirma y nos da la bienvenida a Playa Novilleros. Algunas tiendas, expendios de cerveza, restaurantes a la orilla del mar y un buen hotel es lo que podemos observar. Antes que cualquier otra cosa llegamos al hotel y pedimos informes. El precio de la habitación se sale del presupuesto, además de que no traigo suficiente efectivo. Sin duda este hotel es de gran calidad en todos los aspectos, pues a punto de dejarlo, el recepcionista nos sugiere preguntar en el hotel Miramar, justo cruzando la calle. Hacia allí vamos y por un precio bastante accesible tenemos una habitación adecuada muy cerca del mar.

Hotel & Restaurant Miramar
Hotel & Restaurant Miramar

Luego de dejar las cosas en el hotel, vamos a una tiendita a conseguir cerveza, botana y los ingredientes necesarios para hacer sandwich. Ya bastante tostados por el sol de estos días de playa y carretera, disfrutamos de un excelente atardecer junto a la playa, que aparentemente es muy similar a la de San Blas con una arena incluso más suave, con el inconveniente de una gran cantidad de basura. Ignoramos la razón, posiblemente los paseantes no tienen conciencia por el ambiente, y por lo tanto, por sí mismos. Es una desgracia, de verdad, pues esta playa tiene todos los ingredientes para ser un buen destino turístico, pero mientras siga así de sucia difícilmente la gente volverá una vez que la conozca. Fuera de esto, hay un buen ambiente y al menos el atardecer que nos tocó vivir hoy es de lo mejor y por alguna extraña razón suena una y otra vez En el muelle de San Blas de Maná.

Paz interior (©Ruth Rivera)
Paz interior (©Ruth Rivera)
Encallada (©Ruth Rivera)
Encallada (©Ruth Rivera)
Exultante
Exultante
Excepcional puesta de sol, pero...
Excepcional puesta de sol, pero...

Regresamos al hotel para descansar temprano, pero antes de eso nos preparamos unos deliciosos sandwiches, lo mas cercano a comida casera que hemos probado en este viaje, salvo por la gran comida que nos brindaron Cynthia y Luis en Romita, Gto. Con el sonido del mar cerramos los ojos y abrimos los recuerdos ya un poco nostálgicos por este viaje que está por terminar…

Cuida nuestros sueños
Cuida nuestros sueños

Distancia recorrida este día: 171km

©Aarón Martínez, Todos los derechos reservados

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4 thoughts on “Habitantes del camino. Día 13

  1. Muy buen relato. En lo personal creo que hay que llevar mucho cuidado con otros motoristas con los que no vas en grupo ni conoces. Primero porque se pueden sorprender con tu presencia y hacer alguna maniobra en donde salgas mal o sufras algún accidente. Segundo, si van dos personas en la moto, es lógico que se pierda estabilidad y capacidad de maniobra, o tiempo al reaccionar. Por último, en todas partes te encuentras motoristas que ni te saludan, se creen Rossi, checa, pero basta que se saluden dos motoristas desconocidos por el camino para que lo importante se haga presente, a saber, EL CAMINO. Como siempre muy buenas fotos y muy buen relato, me imagino que serían los 15 días de vacaciones que te echaste en semana santa.

    Nos vemos en el camino, en cuanto menos te lo esperes me ves por Durango.

    1. Muy cierto lo que dices respecto a los motociclistas que nos encontramos en el camino… Ciertamente puede llegar a ser peligroso el encuentro de dos motoristas, como un video grabado a bordo de una deportiva, que se ve como va abriendo su trazada en una curva demasiado larga, hasta el punto de invadir el otro carril, justo en el momento en que venía otra moto… El impacto fue brutal para ambos motociclistas :S

      El camino se hace como dices, al encuentro de dos motoristas que se saludan. Fíjate que una vez me pasó algo por el estilo, venía rodando por la carretera Durango – Mazatlán ya de regreso a casa, en un tramo demasiado solitario, donde no había visto automóvil alguno por casi 10 minutos, estaba atento a todo lo que pudiera encontrarme en el camino, sobre todo por la inseguridad, estaba incluso un poco tenso, y de pronto vi que al tomar una pequeña recta venía un trocero (así les llamamos a los camiones que cargan troncos de árboles), al parecer nuestras miradas se cruzaron y nos saludamos al instante. Fue algo bueno, seguramente el también venía notando lo solitario del camino, así que a ambos nos alegró encontrarnos con personas de bien…

      Efectivamente, toda la serie “Habitantes del camino” son del viaje de 15 días que hicimos en semana santa…

      Pues nada mas avisa cuando vengas para acá Polo, para esperarte… Saludos hasta Qro!

  2. Somos conductores suicidas dijo el otro “sabias hacer turismo al borde del abismo pero creo que de un tiempo a esta parte te has deslizado al lado marrón”, que puedo decir al respecto, unos cuantos rebases me han costado amistades de conocidos, y unos cuantos regaños de amigos que quiero, es bueno tener a gente que te diga en que estas fallando o que vea tus fallas y tenga la confianza necesaria para decirte que le “bajes” peor es aun más importante saber que tus acciones pueden involucrar a otras personas y afectarlas. Cuando vamos en la moto y hacemos algo tan irresponsable no tenemos tiempo para detenernos a pensar lo que sería informarles a nuestros familiares que ha pasado un accidente, lo que afectaría a compañeros de ruta una acción de este nivel y el impacto que tendría la persona con la cual nos impactamos.

    Me dio weba ver la playa tan sucia, pues que Acapulco y playas o qué? Pena deberían de sentir, pero que se le va hacer? Cumplir con no ensuciar y contribuir de una forma positiva.

    Sabes ya me aburrí de tanta playa jajaja pero lo muestran tan diferente, sigo pensando que hacen falta comentarios de Ruth,

    1. Efectivamente, es muy importante tener personas que nos puedan “regañar”, decir en qué estamos mal, no para intentar corregirnos, pues ciertamente con la edad ya es mas difícil que cambiemos, pero al menos creo que así, es un pequeño modo de expresar el interés por esa persona, por su bienestar…

      Cumplir con no ensuciar las playas, poner el ejemplo, pero también dar labor de difusión y de algún modo, tratar de cambiar la conciencia ecológica de, al menos, los lectores de ésta página…

      pfff no manches, como que te aburriste de tanta playa si no sales de Coyuca? jaja ntc, pues cada playa de éstas tiene lo suyo, pero no te apures, que esta fue la última del viaje…

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